Saga Aquelarre

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jueves, 7 de marzo de 2013

La Hija del Trauco...Capitulo 3

Trate de que nadie saliera de la iglesia, eramos como 100 invitados así que fue difícil. La iglesia tenia un salón al lado de la capilla así que todos los invitados se fueron allí, mientras me acercaba al cuerpo sentí un olor familiar, almendras el olor clásico del cianuro.

Llego la brigada de homicidios, entre ellos, se encontraba su jefe, lo conozco de algunos casos, claro que no me tiene mucha simpatía, me alejo de la escena del crimen y me dijo que si me necesitaba me llamaría, aunque pienso que deseaba que no me necesitaran. Entre al salón con los demás invitados, vi a mi compañero y me acerque a él.  

- Le han envenenado - le dije - cianuro que original.
- Porque siento que estas disfrutando esta situación - me respondió con tono de enojado.
- Recuerda la muerte no la disfruto, es fría, pero aquí hay un misterio, un asesino un poco inteligente que piensa evadir a la policía, bueno antes de que empiece el interrogatorio me gustaría hablar con los invitados, aunque no se donde empezar.
- Pues empieza por los padrinos - dijo con algo de orgullo-  luego por el novio y por ultimo los de las primera fila.


Empece a hablar con los padrinos, me resulta raro, no puedo hablar fácilmente con la gente, pero si se trata de interrogatorio puedo hablar con quien sea. Solo basto con que dijera que era detective y las personas empezaron hablar como locas, así que después de una hora tengo una imagen completa de lo que sucedió.

El chófer le paso el ramo, que se le había quedado en el auto, al padrino de la novia, luego se lo pasaron a la novia, ella camino hacia el altar, acompañado por su suegro, ya que su padre falleció, cuando llego al altar, ambos se besaron las manos, comenzó la ceremonia, en eso el cura pidió las argollas, y la hermana del novio se las entrego, luego se pusieron las argollas, cuando de un momento a otro, ella murió.

- Que linda ceremonia - dijo Luis - pero en que momento pudo el asesino envenenarla.
- Hubieron muchos momentos - le respondí - ahí viene nuestro amigo policía sé lo que dirá  el veneno estaba en la boca y en las manos, que registraron a todos pero nadie tiene rastro del veneno y que necesitan mi ayuda.

- Aunque no quería meterte en esto, no tengo otra opción - dijo el jefe - el veneno se encontró en los labios y las manos de la victima, pedimos una inspección pero nadie tenia rastro de veneno ademas tenemos 100 sospechosos.

- No se deprima - le dije - no tenemos 100 sospechosos, solo tenemos a 5, esto sera fácil.




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